Haciendo balance: A medida que triunfa la reforma de la política hacia Cuba, ¿hacia dónde va la economía a partir de ahora?

A finales de 2014, el presidente Obama reabrió las relaciones diplomáticas con Cuba después de más de cincuenta años de congelación y autorizó una gama más amplia de viajes y actividades comerciales con la isla. El 16 de junio, el presidente Trump anunció su propia política que restringe algunas áreas de compromiso comercial permitidas durante los últimos años.

Esta nueva política hacia Cuba pretende catalizar el cambio político debilitando y privando al régimen socialista de dólares estadounidenses. Sin embargo, a pesar de las diferencias en las tácticas, los dos principales partidos políticos estadounidenses tienen los mismos objetivos de política exterior a largo plazo con Cuba: que su régimen fortalezca los derechos humanos y las libertades económicas de sus ciudadanos.

La mayoría de los impedimentos para una relación comercial aún se derivan del insostenible e injusto sistema económico y político de Cuba. Por esta razón, las empresas e inversionistas estadounidenses deberían prestar más atención a las reformas tomadas en los próximos años por los líderes cubanos que a la política de Estados Unidos.

Hace poco fui a Cuba, principalmente a La Habana, con dos amigos. Observamos de primera mano tanto el potencial como el continuo sufrimiento del pueblo cubano. Por un lado, fuimos testigos de empresas privadas en forma de Airbnb’s, restaurantes y servicios de taxi para el creciente número de turistas que proporcionan a los cubanos acceso directo a los ingresos privados. Por otro lado, también vimos infraestructura en decadencia, carreteras sin iluminación nocturna, vehículos antiguos que emiten grandes emisiones y mercados con un inventario limitado. Todos estos problemas sólo pueden resolverse con una revisión agresiva del sistema socialista.

Uno de los principales impulsores del reciente endurecimiento de la política es el control de gran parte de la economía por parte de los militares cubanos a través de compañías holding, principalmente GAESA, o Grupo de Administración Empresarial S.A. Con el paso del tiempo, los militares cubanos han crecido hasta controlar casi el 60% de la economía, incluyendo una gran presencia en el sector turístico. El sector turístico de los Estados Unidos ha dominado los primeros dos años de desarrollo de negocios en Cuba. Esto significa que la mayoría de los dólares estarían apoyando al ejército cubano.

Lo más probable es que los dólares estadounidenses fluyan al ejército cubano mientras los miembros del partido socialista revolucionario permanezcan en el poder. Esto significa que incluso si la actual administración de EE.UU. hubiera abierto aún más las relaciones comerciales bilaterales con Cuba, todavía habría cierto grado de limitaciones para las empresas e inversionistas que buscan establecer un mercado sostenible a largo plazo en Cuba. Las compañías, los inversionistas y los viajeros estadounidenses deben entender que hasta que los militares renuncien a parte de su monopolio sobre el comercio, la política estadounidense seguirá siendo estricta.

Un impacto directo de la nueva política en las empresas estadounidenses es que otros países con lazos económicos sustanciales y de larga data con Cuba podrán expandir esos vínculos y penetrar aún más en el mercado cubano sin la competencia de los Estados Unidos. Las empresas norteamericanas que buscan hacer negocios en Cuba, incluso aquellas con capital significativo, ya empiezan desde atrás. Las nuevas restricciones hacen aún más difícil para los estadounidenses hacer avances en la exposición de los cubanos a los bienes, servicios y capital estadounidenses.

El efecto venezolano
Otra gran amenaza para la economía cubana, independiente de la política de Estados Unidos, incluye los subsidios petroleros venezolanos a la isla. Los analistas estiman que el caos político y la caída de los precios del petróleo han obligado a Venezuela a reducir sus exportaciones a Cuba, de 115.000 barriles diarios en 2008 a 90.000 en los últimos años y a 40.000 en los últimos meses. El gobierno cubano ya ha respondido con cortes de electricidad, lo que podría eventualmente tener un impacto más profundo en el comercio, incluyendo el turismo.