Una piscina en el hogar ofrece más ventajas que sólo tener un área para divertirse y refrescarse durante los días de calor extremo, uno de los beneficios más atractivos es que el inmueble se revaloriza, también favorece la práctica de deporte y fortalece las relaciones familiares y sociales.
Pero éste es un elemento que debe recibir el mantenimiento adecuado, así que podéis ver más en este artículo respecto a los complementos necesarios para realizar este proceso. De lo contrario, en lugar de ser un espacio recreativo, se puede convertir en una fuente de infecciones.
Desinfectar el agua
Debido al estado de estancamiento, una piscina se puede transformar en el medio de vida de una gran cantidad de microorganismos. Para evitar esto, es importante el proceso de desinfección, y lograr un efecto residual que mantenga el poder desinfectante. Algunas opciones son el uso de tabletas de cloro, oxígeno activo o un equipo de electrólisis salina.
En caso de que las características del agua exijan medidas más drásticas, como cuando se detecta una apariencia turbia o la presencia de algas, es necesario aplicar un tratamiento de choque. Se puede realizar con dicloro granulado y añadir un poco de floculante líquido, hasta observar que el agua haya recobrado una apariencia adecuada.
El floculante cumple con la función de aglutinar las sustancias coloidales, lo que facilitará su filtrado cuando decanten en el fondo. Una vez que este proceso se haya ejecutado, se debe dejar transcurrir un período de tiempo de entre 12 y 24 horas, esto permitirá que las impurezas restantes se precipiten al fondo.
Los robot limpiafondos son de gran utilidad para el mantenimiento de la piscina, en el mercado existen muchas alternativas diferentes. Estos equipos realizan el trabajo de manera automática, y se encargan de trasladar todas esas impurezas de manera directa al desagüe.
Ajustar el pH
Para que el agua de la piscina se encuentre en excelentes condiciones, debe ser clara y limpia, aparte de no afectar de manera negativa la piel de los bañistas, y en este último aspecto, el pH juega un papel fundamental.
En el mercado es posible adquirir un estuche analizador de cloro y pH, elemento de vital importancia para poder evaluar las condiciones químicas de la piscina, porque de ella dependerá la salud de sus usuarios.
Cuando el pH es muy elevado, las personas pueden padecer de irritación en la piel y en los ojos. Aparte, la alcalinidad favorece la formación de incrustaciones calcáreas y neutraliza el efecto de los productos aplicados para desinfectar el medio, por lo que el agua puede adquirir una apariencia turbia.
Por otra parte, un pH muy ácido causa la corrosión de cualquier elemento metálico del medio, por ejemplo, las escaleras. La piel de los usuarios se puede irritar y los ojos sufrirán un escozor particular.
El pH ideal debe oscilar entre 7.2 y 7.6, levemente alcalino. Estos valores permiten que las instalaciones estén en óptimas condiciones y las personas puedan disfrutar de un refrescante baño sin molestias en su cuerpo.
Proteger el filtro
El filtro, en conjunto con otros accesorios, son los elementos encargados de eliminar las impurezas presentes en el agua y crear las condiciones adecuadas para ofrecer a las personas un medio para disfrutar, libre de riesgos de infecciones y de molestas irritaciones en piel y ojos.
En el mercado existe una amplia variedad de filtros, pero en general, el proceso de filtrado es el mismo: el agua de la piscina es succionada para pasar por un depósito que contiene el material que realiza el filtrado, y cierra el ciclo cuando el agua regresa a la piscina.
Vale destacar que un filtro sucio ocasiona algunas consecuencias, como la disminución de la calidad del medio, lo que a su vez, exige el incremento de uso de productos químicos, aparte de la proliferación de gérmenes.
Por estas razones es importante realizar contralavados al filtro de manera regular para mantenerlo limpio. También es recomendable revisar el filtro y eliminar incrustaciones de cal varias veces al año, aparte de realizar por lo menos un mantenimiento anual de limpieza y desinfección, preferentemente antes de que inicie el verano.
Lograr una piscina en excelentes condiciones durante todo el verano requiere atención y mantenimiento, así como el uso de productos de calidad.
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