El PIB de Venezuela -Producto Interno Bruto- ha sido un misterio oficial desde diciembre de 2015. Las solicitudes de datos oficiales son ignoradas o bloqueadas por el Tribunal Supremo, y aunque el Directorio Ejecutivo del FMI mostró a Venezuela una Tarjeta Amarilla de Transparencia, no estamos seguros de cuándo veremos datos actualizados en los sitios web del BCV y del INE.
Bueno, ¿adivina qué? Esperar a los datos del PIB podría ser cosa del pasado.
El Comité de Finanzas de la Asamblea Nacional acaba de sorprendernos con una iniciativa sin precedentes: ahora calcularán tanto el «Índice de Precios al Consumidor de la Asamblea Nacional» como el «Indicador Mensual de la Actividad Económica de la Asamblea Nacional».
No se trata de un indicador del PIB per se, sino de un «indicador coincidente» del ciclo económico, que ofrece pistas sobre el comportamiento del PIB.
La idea es crear un barómetro proxy a partir de los datos disponibles públicamente: el número de plataformas petroleras activas (publicadas por Baker-Hughes), el volumen de producción petrolera de PDVSA (publicado por la OPEP), las ventas de vehículos (publicado por CAVENEZ), los depósitos en instituciones públicas (según el balance del BCV), la cartera crediticia total (publicado por SUDEBAN), los depósitos del público (publicado por SUDEBAN), la recaudación del impuesto sobre el valor añadido (IVA) (publicado por el SENIAT), y muchos otros gráficos.
Existe algún precedente para este enfoque; el Banco Central mide un Indicador Mensual de Actividad Económica para el 75% de las actividades que componen el PIB. Es sólo que… ¡sorpresa, sorpresa! – no lo publica.
Estos son los principales resultados para 2017:
Venezuela ha estado en recesión durante 15 trimestres consecutivos. La actividad económica se contrajo un 12% en los nueve primeros meses de 2017 y se contrajo un 24,5% entre 2012 y septiembre de 2017. En términos per cápita, es aún peor, ya que seguimos teniendo bebés.
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